martes, 26 de octubre de 2010

Aprendí algo...

-Quizás si escondí mis sentimientos- dijo el caballero-. Pero no podía decir simplemente todo lo que se me pasaba por la cabeza y hacer todo lo que se me apetecía. Nadie me hubiera querido. -El caballero se detuvo al pronunciar estas palabras, pues se dio cuenta que se había pasado la vida intentando agradar a la gente. Pensó en todas las cruzadas en las que había luchado, los dragones que había matado, y en las damiselas en apuros que había rescatado: todo para demostrar que era bueno, generoso y amoroso. En realidad, no tenía que demostrar nada. Era bueno, generoso y amorso.


Lo bueno de esto es que, siento que me estoy dando cuenta -y hacen que me de cuenta- de las cosas que puedo mejorar ahora, que solo tengo 20 años..ya bueno, 21. No tendré excusas para cuando siga cumpliendo años, seré una mejor persona para poder entregar lo necesario a mis hijos!

Gracias a él y la que hicieron que abriera los ojos sobre esto.

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